domingo, 4 de octubre de 2015

Toribio Rodríguez de Mendoza, el personaje más reconocido de Amazonas

Uno de los personajes más reconocidos y notables de Amazonas es don Toribio Rodríguez de Mendoza. Chachapoyas es la cuna de este precursor de la independencia nacional.

El nombre completo de este sacerdote, maestro y tribuno fue Alejandro Toribio Rodríguez de Mendoza Collantes. Formó a una nueva generación de patriotas en las ideas revolucionarias y, cuando nació la República del Perú, el sembrador de ideales renovadores estaba al lado de sus discípulos.


Nacido el 17 de abril de 1750 destacó como un estudiante brillante y obtuvo el grado de doctor en Teología en la Real y Pontificia Universidad de San Marcos de Lima.


Fue profesor de Filosofía y Teología en el Real Convictorio de San Carlos, donde llegó a ser Rector. El maestro, es uno de los primeros hombres en avizorar la transformación que traería la independencia y quiso formar una clase dirigente y con auténtico sentido peruanista. Convierte así el colegio en un centro educativo de primer orden, donde se formaron muchos próceres de la Independencia.


Se preocupó también por la educación popular, confiando en que la unidad del idioma sería el camino para lograr la igualdad del indio con el criollo y el blanco. Sus discípulos y amigos fundan la Sociedad Filantrópica para propagar la revolución americana de definida tendencia antimonarquista.


Además don Toribio Rodríguez de Mendoza fue miembro de la Sociedad Amantes del País que fundó el histórico Mercurio Peruano, que elegido diputado por Trujillo, presidió las sesiones preparatorias del primer Congreso Constituyente (1822); decano del Colegio de Abogados de Lima y rector de la Universidad Mayor de San Marcos.


Su ancianidad no impide que, cuando se produce la llegada de la expedición libertadora de San Martín, el viejo luchador abandone nuevamente su retiro para ponerse a las órdenes del gobierno libertador y así tiene oportunidad de tomar parte en el nacimiento de la República del Perú.


En el Congreso es un guía valioso y acertado. Ecuánime y sereno navega con firmeza entre el torbellino de pasiones que desencadena la Independencia. Vive aún lo suficiente para regocijarse con el triunfo de Ayacucho y muere en 1825 sabiendo que el Perú era “libre e independiente por la voluntad general de los pueblos”.


En la actualidad, el Estado peruano le rinde homenaje a través del Tribunal Constitucional de la República que instituye la medalla “Toribio Rodríguez de Mendoza” para galardonar y distinguir a las personas o instituciones que han contribuido en la defensa de la Constitución o los Derechos Humanos. 


Asimismo, la región Amazonas, en honor a su ilustre hijo, designa con su nombre Toribio Rodríguez de Mendoza a una de sus provincias, situada en la selva alta y que destaca por sus grandes atractivos naturales, diversos potajes y fiestas populares.


Igualmente, el 18 de septiembre del año 2000, se creó la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas, que es la institución rectora de la cultura, de la ciencia y la tecnología de Amazonas.



Provincia de Rodríguez de Mendoza

Vista de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza


Fuente: Adaptación de la web de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza

sábado, 3 de octubre de 2015

La danza del oso

La Jalca tiene varias danzas típicas. Pero el más famoso es el Danza del Oso. Esta danza se origina en la peregrinación del patrón San Pedro de Shocol hacia La Jalca. Representa a la caza de un oso. Ejecutan la danza 07 artistas y 02 músicos:

Uno personifica a un oso matrero y oculto con un cuero de yanapuma, con la cara pintada es el actor principal de la danza.

Dos personas vestidas con ropajes de lana negra, bincha roja ceñida a la cabeza y con los rostros pintados de negro a los cuales se los denomina pumeros, simulan dar caza al oso. Uno lleva un fusil de madera y el otro el fiambre (picante de carne) atado en un paño de manos; llevan además como rastreadores sus perros que son carachupas (armadillo) o tejones disecados. Avanzan dando voces, entre otras frases: ¡chuá! ¡chuá! ¡chuá!

Dos artistas llamados comerciantes, vestidos con pantalón, camisa y gorro de color verde, también con a la cara pintada participan en la danza; uno lleva una petaca pequeña de lluipij, atado con una faja con la cual la carga, el otro lleva cortes de tela y una vara de madera que representa un metro, con pañuelos de bolsillo en la mano van marcando los compases musicales.

Dos personajes varones vestidos con ropas femeninas, con un pañuelo de cabeza ocultaran sus rostros semipintados y sobre el cual llevan sombrero de paja, completan el equipo de danzarines y hacen pareja con las munchas durante la danza; a estos de les conoce como payas.
Durante la ejecución de la danza, los danzarines hacen participar al público asistente ofreciéndoles vender manteca de culebra, pedazos de tela y otros, mientras los músicos visten ropa típica y llevan sombrero de paño, camisas rayadas de tocuyo, pantalón de lana color negro, llanques y sobre van puestos un poncho colorado que tiran sobre el hombro y tañen tinyas o cajas confeccionadas con madera de ishpingo y pellejo de perro o gato; además el uno sopla la sarta o antara y el otro le hace el dúo con un machero.

La danza se ejecuta durante varios días en la casa de los mayordomos; el día central que es el 25 de Junio (debiendo ser el 29), los danzarines conducen un árbol de ishpingo al que colocan en una de las calles adyacentes a la plaza de armas (antes era al centro) y aquí escenifican al acto de caza que los pumerps.

Una vez muerto el oso, las payas trasladan al yanapuma que aparenta estar atado de patas y manos a un palo del cual cargan sobre sus hombros, luego los pumeros simulan pishtar al oso y ofrecen la manteca al público asistente.



La fiesta termina con el lavado del cuero que se hace en la laguna de pumarmacuna en el barrio del Toche, donde participan además de las invenciones los mayordomos y esperan el próximo año para ver de nuevo al oso.





Fuente: La Jalca