jueves, 25 de junio de 2015

Leyenda de la laguna de Pomacochas

Cuentan los ancianos de Pomacochas que hace muchos años, en el lugar que hoy ocupa el lago, existía una pequeña ciudad. Las pampas y praderas de los alrededores eran extraordinariamente fértiles, como hasta hoy, y sus habitantes que eran ganaderos y agricultores, ostentaban riqueza y poder, y por consiguiente, la soberbia y mezquindad reinaba en ellos.

Al ver esto, Dios decidió venir por estos lares en la forma de un anciano mendigo. Entró en la ciudad una noche fría. Tocó muchas puertas, pidiendo algo de comida y cobijo sin encontrar alma caritativa alguna; cuando ya se daba por vencido, decidió tocar solo una puerta más. Abrió una señora, de condición humilde. El anciano le pidió ayuda, y ella a pesar que solo le quedaba una gallina en el corral, sin pensarlo demasiado, la mató para prepararle un delicioso caldo.

Cuando la señora iba hacia la mesa donde sentó al mendigo, con el plato en las manos, Él se puso de pie, revelando su verdadera identidad, y con la mirada firme pero triste le dijo:

A la medianoche castigaré a esta ciudad por su falta de generosidad y agradecimiento por todas las bondades que la naturaleza les ha brindado. Pero tú, bondadosa mujer, serás salvada. Advierte a tu familia que esta noche caerá sobre el valle un diluvio que lo inundará todo, y no quedará nada de lo que hoy ves a tu alrededor.

Diciendo esto, el anciano desapareció. La señora, estupefacta por lo que había sucedido, despertó a sus hijos, y fue corriendo a avisar a sus familiares en la ciudad. Empacó lo mínimo indispensable y caminaron bajo la noche despejada, hacia lo alto del cerro Trancaurco (en quechua Tranca=Portada y Urco=Cerro). De un momento a otro, una lluvia torrencial como nunca antes se había visto comenzó a caer sobre la ciudad; rayos y relámpagos cortaban el cielo, ahora agolpado de nubes negras, causando confusión y desesperación sobre los inadvertidos pobladores, quienes sucumbieron ante la ira de Dios.

A los pocos días todo el valle parecía dominado por el imponente lago de más de 12 km2 y se cuenta que durante muchos años, los pumas de los alrededores bajaban a beber de sus aguas, entre los totorales. Es por eso que el lago lleva el nombre de Pomacochas, que en quechua significa "Lago de los Pumas". A orillas del lago se edificó la nueva ciudad, conocida hasta hoy en día como Florida Pomacochas.

Fuente: www.enperu.org 

1 comentario:

  1. Me gusta esta leyenda porque Dios castiga a los egoístas asiendo que se inunde todo lo que tenia

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